mayo 31, 2019

Si regreso contigo

Estoy escuchando la canción “Retrato” de Gianmarco, y recuerdo aquella vez que fuimos a su concierto, yo estaba con mi barriga de 7 meses, pedimos un lugar preferencial y esperábamos pasar un momento muy especial escuchando canciones tan bonitas cantadas por él en vivo.
Se arruinó cuando quisiste tomar un poco más de cerveza y yo no lo quise. Ése fue uno de nuestros problemas por mucho tiempo. Ahora recuerdo que dejé de asistir a los pocos eventos sociales a los que me invitaban tanto amigos como los organizados en mi trabajo, más que por ti, era porque teníamos esa especie de pacto en el cual tú no tomabas ni yo tampoco, aunque quien tenía problemas cuando tomaba más de lo suficiente no era yo. Y como en una reunión social es casi imposible asistir sin beber un sorbo de alcohol -que era lo que acordamos, puesto que cuando uno toma un poco luego quiere más y más- era mejor no asistir.
Ahora que comparto con mis amigos, después de tanto tiempo, me siento hasta cierto punto satisfecha y concluyo que me perdí muchas cosas en aquellos años.
Sin embargo, pienso algunas veces en que quisiera que estemos juntos otra vez, porque sé que todavía te quiero y estoy casi segura que tú también sientes lo mismo por mí. He estado muy cerca de llamarte o escribirte para pedirte que nos demos otra oportunidad, para disculparme por el error que cometí al terminar contigo de una forma tan poco convencional.
Que estemos juntos como antes, como con tanta vehemencia pedíamos estar, que compartas conmigo tus proyectos, que me ayudes en mis trabajos académicos, a elaborar mi presentación para exponer en clases o como el vídeo que hiciste y por el cual me felicitaron.
Que defiendas tus puntos con esa pasión y una seguridad que nunca había visto en nadie cercano, y que me transmites, en especial a mí, que la necesito tanto. Que te comportes como un niño pidiendo mimos, y que me engrías como si fuera una bebé.
Que seas tan tolerante conmigo y mis manías, y con las cosas no tan positivas que puedan suceder. Tolerancia.. es lo que me hace falta y por la cual me cuesta tanto decirte todo esto y demostrarte que quiero regresar a tu lado, y que nuestro hijo tenga a sus padres educándolo juntos.
Te he visto crecer en esos años juntos, adquirir conocimientos que han ido de la mano con tu personalidad, has crecido tanto.. pero yo quiero más.
Es muy fuerte el impulso que siento por llamarte pero éste se apacigua cuando recuerdo las dificultades que teníamos y aunque trate de borrarlas de mi memoria sé que volverán junto con nosotros si regresamos.

mayo 13, 2019

A punto de tirar la toalla

Hace algún tiempo me encontré con el chico de piel de arena desértica en el atardecer y ojos color miel, cristalina por cierto; fue en el cumpleaños de un amigo. Pocas personas con quien bailar, por lo que finalmente quedamos prácticamente emparejados para el baile, me encanta la salsa y el reggaetón, y a él también, aunque a veces yo sea una taba bailándolos, pero ¡cómo bailamos esa vez!, muy concentrados en el respectivo sandungueo, en un momento, mientras sus roces entibiaban mi piel, me dijo “¿Elisa, puedo tocarte?”, yo le dije que sí sin saber exactamente lo que quería, claro que sería testigo de un contacto que obviamente no afectaría el orden público ni las buenas costumbres, así que luego de haber bailado tan pegados y algo abrazados, tocarme significaba colocar sus manos directamente sobre mi cintura bajo la ropa, piel con piel, lo que me descuadró sin poder evitar la reacción de separarme rápidamente de él. Creo que fue una reacción normal mía, pero quedé sorprendida una vez más por su iniciativa.
Luego de la fiesta, nos retiramos en grupo de tres, caminando dejamos a un amigo y tomamos el mismo taxi puesto que su casa queda camino a la mía. Los pies me estaban atormentando, así que me quité las botas para darles un respiro, luego de mi expresión de bienestar, él tomó uno de mis pies lo colocó sobre sus muslos y lo empiezó a masajear con los dedos, me quedé sorprendida, era la primera vez que alguien me hacía algo similar, y peor aún en la parte trasera de un taxi, además es algo tan personal que me sentí cohibida, más que eso, invadida al principio, aunque luego una extraña felicidad me acogiera, pero ¿qué significaba? ¿qué tenía que hacer yo?, el chico que más me gusta en este planeta pero que no corresponde a mis flagrantes insinuaciones y coqueteos, me estaba masajeando el pie, fue increíble, pero menos creíble aún cuando me acerqué a darle un beso y me retiró su rostro. ¡Qué torpeza! ¿cuándo aprenderé?, pero ¿qué tengo que aprender?, ¿quién me lo explica?, ¿qué tengo que hacer con este chico?, ya estoy cayendo muy bajo ¿no?
Un amigo me comentó que, en este caso, para un hombre es difícil dar el siguiente paso, a pesar de las evidentes señales que puedan recibir, tal vez sea cierto temor al compromiso, al qué sucederá después, o puede ser que la chica no le gusta lo suficiente como para arriesgar todo, dejar de pensar y entregarse al momento.
He llegado a la conclusión de que mi “ojos miel” tiene una ternura tan grande dentro de sí, incomprensible, he concluido que él cree en el amor, en el sexo con amor, es más, en los besos con amor, ¡qué
tortura!
No es que crea que es el hombre de mi vida y quiera casarme con él, somos amigos, y me encanta esa amistad, pero lo que siento es una atracción de dimensiones ya indescriptiblemente desbordantes originadas por su rechazo, pues sólo quiero estar con él, endulzarme con la miel de sus ojos, bailar con su voz, iluminarme con su sonrisa, perturbarme con sus manos frías de dedos angulosos, adorar sus requiebros, que me sorprenden, me descuadran y me regresan al principio y final de todo después de rechazarme por enésima vez.
Concluyo que estoy obsesionada con alguien que creo que nunca me va a corresponder; y a punto de rendirme.

abril 26, 2019

Clases de salsa

Hace dos meses inicié unas clases para aprender a bailar salsa los fines de semana, sólo puedo decir que fue una idea genial, puesto que no sólo estoy aprendiendo a dominar uno de mis ritmos favoritos, si no que estas clasesitas son toda una terapia, ya que además de hacer algo de ejercicio y relajarme, me divierto un montón con el grupo y la sazón de nuestro profesor.

Somos menos de diez chicas y casi el doble de varones, ésta es una pequeña desventaja para ellos pero doble beneficio para nosotras, puesto que al bailar en parejas practicamos en todo momento, mientras que ellos tienen que esperar su turno para bailar con nosotras.


Uno de los aspectos más importantes de ver un grupo de gente aprendiendo a bailar salsa, es que me ha permitido comprobar que "no todo está perdido" todavía hay personas, un grupo reducido, que valoran la salsa y no adoran la cumbia como la mayoría de gente que tengo a mi alrededor, en la calle, en la combi, en el taxi, hasta en mi casa y en la oficina, sin querer, sin pedirlo siquiera, hay una radio donde se escucha esta música y es que es sorprendente como a casi todo el mundo le gusta y pueden escuchar cumbia todo el día. He llegado a detestarla.


Pero regresemos al tema principal, creo que si antes podía bailar salsa, ahora siento más seguridad para hacerlo, y me encanta la cantidad de pasos y sobre todo giros que nos han enseñado, hace poco pude ver un vídeo que grabó mi amiga con su cámara mientras practicábamos, los pasos se ven geniales, considerando aún que no estuve bailando con un experto, sólo un compañero de la clase.


Bueno, saquemos la moraleja de este post, si quieren tomar clases de salsa, háganlo, pero de preferencia vayan con pareja, de manera que aprendan con alguien de confianza y puedan practicar en cualquier evento al que vayan juntos, allí de seguro se lucirán.

Quisiera seguir practicando, y si es posible hacer una presentación, por allí, algo sencillo no más, siempre me ha gustado hacer presentaciones, ya sea de baile o actuación, y ya hace tiempo que no lo hago.


Este fin de semana terminamos el segundo ciclo, o Salsa 2, como lo llama el profe, no sé si los demás querrán continuar las clases con el Salsa 3, considerando que cada mes se reduce el grupo y ahora mucha gente preferirá pasarla en la playa, bueno ya lo veremos.


Este vídeo es muy bueno http://www.youtube.com/watch?v=RUvh-EjBoMM.

octubre 09, 2012

¿Frustración?

Siempre recuerdo aquella vez que estuvimos juntos con otros amigos en su casa, no estoy segura si era su cumpleaños, ya estaba avanzada la noche y pude ver como uno a uno de nuestros compañeros de juerga se iban a sus casas o se quedaban dormidos, y éramos pocos los que aún sobrevivían, “vamos a jugar a las escondidas” le decía yo desde temprano, con mirada pícara, y él respondía con esa sonrisa; siempre me atrajo su sonrisa, libre y extensa, como incondicional, me gustaba también lo especial del color de su piel, como las arenas desérticas en un atardecer, éste contrastaba con sus ojos color miel cristalina y atenuaban las diminutas pecas en su rostro; y ni qué decir de su lenguaje corporal, osea, lo puedes ver caminando talvez casi como un robot, pero míralo allí haciendo un paso de baile, con esos pequeños movimientos de cadera, cintura, muslos, la verdad no me he detenido a observar qué es lo que técnicamente mueve, pero sí las escasas veces que he podido apreciar sus movimientos al bailar me han hecho adorar su humanidad, cada vez que escucho “El baile del azúcar” me acuerdo de él, meneando su cintura con las manos hacia arriba... y con las manos hacia arriba...
Vamos a jugar a las escondidas, me dijo cuando había como tres o cuatro amigos dormidos en sus sillones, y sólo quedábamos los dos despiertos, fue gracioso, siempre hubo esa suerte de flirteo, algo que a ninguno de los dos incomodaba, es más, sazonaba nuestra relación ciertamente amical.
Nadie se salvó de los efectos del ron universitario mezclado con gaseosa, en grandes cantidades, nadie, incluyendo nosotros. “Elisa, despierta, mira, no te puedes quedar acá -refiriéndose a su dormitorio- porque mis padres van a pensar mal, tienes que pasar al cuarto de visitas”. Ya estaba amaneciendo, y yo trataba de recordar lo que había sucedido después del beso que le di jugando a las escondidas, sólo recuerdo que me hizo sentir bien con algo que me dijo y me nació darle un beso en la mejilla, con todo el cariño que sentía por él, y de allí derivaron una serie de sucesos, que ya forman parte de una laguna mental que tenemos en común, que me gustaría mucho recordar.
Después de algunos años, en la misma sala, pero en otras circunstancias, ahora estábamos allí solos los dos, frente a frente, separados por no más de 5 centímetros, la penumbra confundida con la luz de las gruesas velas de colores, con las que me sorprendió colocándolas sobre la mesita, junto a un vaso de cerveza, y algo que él estaba tomando, me dijo que era pisco, porque quería acostumbrarse a ese trago para no emborracharse tan rápido cuando libara con sus amigos "pisqueros". Conversamos de muchas cosas durante horas, las que no pasaron tan lentamente, escuchando reggae, salsa y finalmente algo de reggaetón, después que me estuvo enseñando algunos pasos de salsa, luego de haberme mostrado una jugada de fútbol muy interesante que había visto en el Youtube, esto último sí sucedió antes de que trajera esos cirios y apagara el interruptor de la luz .


Allí los dos, nadie más, con mis brazos sobre sus hombros yo seguía casi atentamente los pasos que me señalaba, y él con sus manos ligeramente puestas sobre mi cintura, trataba de enseñarme lo que sabía en cuanto al ritmo tropical, y así muy cerca mío estaba, como muchas veces yo lo había imaginado, más que eso, como muchos inviernos y primaveras lo soñé. No quería pensar, no pensaba, pero sí recordaba que cuando llegué a su casa lo vi parado al costado de la puerta, vestía un polo negro que le quedaba muy bien, lo vi más alto, más corpulento, sonriéndome por enésima vez, y mirándome de costado, creo que me conquistó, deduzco que fue por eso que tropecé torpemente al acercarme a su vereda.
No quería pensar que luego había apagado la luz de la sala para crear otro ambiente, que no era para proyectar diapositivas, ni ver tele, ni dormir; que había vivido tantos años imaginando: qué pasaría si… con él? No quería pensar en las ganas que tenía de que me tome sutilmente entre sus brazos y me diga que se siente tan feliz como yo de compartir ese momento; o no pensar que quería que me abrace fuertemente y que me bese con pasión, o si no, aunque sea me pida para jugar a las escondidas, diablos! No sé, yo ya no podía hacer nada más, no había más lugar para bromas ni coqueteos, era el momento del siguiente paso y no era mío, al menos es lo que pienso, sin embargo el suceso tardaba demasiado, pues algo estaba mal allí. No soy una mujer fatal, no me gusta seducir, no puedo hacerlo, me gusta que me seduzcan, lo máximo que hago cuando alguien me gusta es sonreír, para mí, ellos son los que tienen que dar el primer, segundo y tercer paso. Los hombres tienen diversas formas, y muy creativas de hacerlo, pero yo no puedo maquinar una de ellas en mi cerebro, y si lo hiciera, no la logro poner en práctica. Me odié luego de no poder evitar cerrar mis brazos acercándome más a su humanidad y pegar mi rostro a su piel, inspirando vehemente talvez su esencia, buscando llegar a su alma, por qué no a sus pensamientos, y tratar de indagar el motivo por el que no respondía a las señales mías.
Oye, voy a pedir mi taxi, dije, casi a las cuatro de la mañana, con una pequeña esperanza aún de que este chico me lo impidiera, pero me dijo “ok”, y abrió la puerta como para reasegurarme que no pasaría nada más entre nosotros por el resto de nuestras vidas.
De haberlo sabido antes hubiera utilizado sus velitas y demás utilería de escena romántica para incendiar sus CDs de reggaetón, salsa, y, porsiacaso, de baladas también, su pelota y el teléfono desde donde me dijo “hoy no hay nadie en mi casa”.
Es imposible saber qué podrá suceder en el futuro, lo cierto es que la simpatía y la amistad se mantienen, eso espero, al menos por mi parte, y estoy convencida que así es mejor.
¿Frustración? me parece que no he llegado a ese punto aún, simplemente lo considero emocionante.


Vídeo
Aquí un ejemplo del nivel de histeria que ocasionan algunas frustraciones en la vida.
"Threesome", una película que me gustó mucho, ésta es mi escena favorita. Sorry, no la encontré subtitulada.

http://www.youtube.com/watch?v=LvRvKFoucms